Es un breve volumen que, como todos los de la colección MC, resulta muy clarificador. No cabe duda de que la Reforma de Lutero marcó poderosamente el período histórico que conocemos como Modernidad. El empeño del profesor Luis Suárez es demostrar que el movimiento que conocemos como Humanismo tuvo que ver más con la ortodoxia católica que con las desviaciones que tuvieron su origen en Ockham y sus seguidores, y que culminaron en la ruptura luterana. La reforma católica venía gestándose desde mucho antes, como reacción ante la lamentable situación de la Iglesia (del clero, sobre todo) en el siglo XIV. Las banderías, la mundanización, el olvido de lo esencial, en suma, dentro del mundo católico, fueron contrarrestadas por la acción de las personalidades que, como suele ocurrir, Dios suscita en "tiempos de desastre". Catalina de Siena, sobre todo, pero también Eckhart, Kempis, Cisneros mucho más tarde en España, son el origen, según Suárez, de lo que más tarde cuaja en el Humanismo, que no sería sino el redescubrimiento de las virtudes humanas, frente al ockhamismo y al luteranismo que las negaban. A pesar de Catalina y los demás, tuvo lugar el gran Cisma, pero sus esfuerzos obtuvieron fruto, con el tiempo, en el Concilio de Trento, que recondujo, por fin, las aguas a su cauce. Un libro de justicia histórica.
Nota redactada en diciembre de 1998
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