24 julio 2009

Desciende, Moisés


Creo que esto tiene más de "conjunto de relatos" que de "novela episódica", y si no, que alguien me explique el hilo conductor. Esta que me he tragado no es edición crítica, lo que tiene ventajas e inconvenientes: puedes interpretarla a tu aire, sin que nadie te guíe, pero puedes perder datos que te ayuden a comprenderla. Tratándose de Faulkner, es mejor que te guíen.

No me hacen gracia esas obras que te traen al principio un mapa o un árbol genealógico: es señal de que te vas a pasar la lectura retrocediendo hasta el mapa o el árbol genealógico. En este caso se trata del árbol. El del viejo McCaslin, fornicario e incestuoso, de cuyas expansiones lícitas e ilícitas nacen la mayor parte de los personajes de estos cuentos, blancos y negros. En algunos, Faulkner narra en plan normal ("Pantaloon de negro" o la primera parte de "El oso"), pero en la mayoría adopta ese condenado estilo suyo, ese del que se diría que todo está narrado por un subnormal, como en El ruido y la furia, o por lo menos que el punto de vista está pegado a la ropa de los personajes, todo primeros planos, sin dignarse jamás darnos un plano general, lo que te pone las cosas realmente difíciles. Aun así nos ofrece remansos como los tres primeros capítulos de "El oso", una pequeña epopeya "hombre vs. naturaleza" en plan Jack London, muy reconfortante.

Nota redactada en octubre del 2007

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