18 marzo 2024

Es interesante esto

de José María Pemán:

El arma de los tradicionales fue la polémica […] El arma de los antitradicionales fue el silencio. Contra los krausistas se defendió Menéndez y Pelayo diciendo muchas cosas gordas de ellos. Contra Menéndez y Pelayo se defendieron los krausistas y sus hijos no diciendo ninguna cosa de él ni gorda ni flaca.*

No nos cuesta reconocer el cuadro. Nadie puede decir que los de derechas no se defienden. Antes bien, puede decirse que entran al trapo como miuras, unas veces en tono airado, otras veces con lógica y racionalidad.

¿Qué hacen los de izquierdas? Es cierto que manejan bien el silencio, no el silencio de poner la otra mejilla, sino el de silenciar a los del otro lado. Pero además del silencio, manejan bien otro elemento, que es el relato. En lugar de argumentar racionalmente, cuentan historias. ¿Cuántas de ellas llevamos vistas sobre tradicionalistas, cristianos, etc. malotes, hipócritas, explotadores, insensibles… y sobre progresistas, ateos, etc. nobles, simpáticos, coherentes, sufridores de injusticias…?

Júzguese qué es más eficaz.

(Identifico, quizá temerariamente –y sé que muchos cristianos me lo reprocharían—derecha con cristianismo. Pero, en este contexto, es demostrablemente válido).



*"Astucia y amor", artículo recogido en De las letras y las artes, Edibesa, sin más referencias por parte del editor. 

14 marzo 2024

Quiero un hijo de Julio

Ya ni me acordaba del tal Christo, el “artista” búlgaro cuya especialidad era empaquetar monumentos. Esta novela de Ángel Palomino hace chacota de tal ocurrencia, suponiendo que el tipo quiere envolver todo el Toledo monumental. La polémica subsiguiente le sirve también al autor para hacer una crítica de los comportamientos políticos, sobre todo en el eterno tema del rey desnudo: todo el mundo sabe que está ante una mamarrachada, pero hay que decir que Toledo entra en la posmodernidad, en el tercer milenio, y tal. Solo que, como esto es novela y no cuento, Palomino prescinde de un final moralizante y se quedan todos contentos, o más o menos, con la ideíca, que finalmente se lleva a cabo.

Y hay también una trama particular, si entendemos que la otra es pública o colectiva, ya que afecta a toda la ciudad. La trama particular es la que da título a la novela, y toca también un tema entonces muy de actualidad, como es la inseminación artificial. Chancha, una joven viuda, quiere tener un hijo póstumo de su difunto marido, Julio, un sesentón que murió de infarto pero conservando, al parecer, su potencial genesíaco, enfrascado por un amigo veterinario.

Hay también alguna que otra trama secundaria, lo que da lugar no sé si decir a una novela coral, rótulo que me parece excesivo para un producto que no da mucho de sí, ya que la temática, digamos, de circunstancias, no se ve compensada por el ingenio, la tensión o alguna otra virtud. Creo que a estas alturas (1987, creo) el antiguo superventas estaba ya amortizado, al menos como narrador.

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09 marzo 2024

Habas alemanas

Una sentencia judicial humillante, y de terrible lectura para un abatido Klaus Mann, ya en la posguerra, impediría la difusión de su novela [Mefisto] en Alemania al ofrecer un retrato demasiado “realista y vívido” del oportunista Gründgens.

En Mercedes Monmany, Sin tiempo para el adiós, p. 30, 1ª edición

No me jorobes… ¡También mandaba Franco en Alemania, macho!



08 marzo 2024

Textos para preparar el gran día (y IV)

De nuevo Javier Garisoáin:

…ni las pálidas desmayadas de mediados del XIX, ni la mujer florero de mediados del XX tienen nada que ver con el camino que transitaban las grandes damas del Cristianismo. El camino hacia un mundo matriarcal propio, que las mujeres estaban llamadas a reconstruir o a recrear, es el verdadero enemigo de todo aquello que la Revolución denomina progreso: el destape, el divorcio estéril o la infidelidad son la autopista que vuelve al paganismo; un retroceso hacia la sumisión generalizada. No es el cambio del patriarcado por el matriarcado, no. Es el derrumbamiento absoluto de la dignidad femenina –y de la masculina—que, disfrazado de igualitarismo, desemboca en la masculinización de la mujer, feminización del hombre, y ganancia de pescadores sin escrúpulos que no quieren familias ni gente libre, sino masas de borregos –y de borregas—entremezclados para disponer de cuerpos y almas como mejor convenga.

En La Antorcha, nº 3, julio 2023



07 marzo 2024

Textos para preparar el gran día (III)

Javier Garisoáin:

¿Qué es eso de que ahora las mujeres trabajan? Siempre trabajaron. Lo que de un tiempo a esta parte se ha producido es un cambio en sus trabajos, y un giro denominado “incorporación de la mujer al mercado laboral”, que nos venden como si fuera un logro. Como dando por hecho que las cosas son valiosas por estar en un mercado… Las cosas grandes e imprescindibles para la vida como la amistad, el amor, el mar, la fe, las nubes o la sabiduría ni se compran ni se venden. Están fuera del mercado. Así vivían antes las mujeres decentes: fuera del mercado, la política, las armas, las sacristías y casi fuera de la ley. Porque existía un mundo femenino, hecho por y para la mujer. Un mundo imperfecto como todo lo humano. Un mundo bendito, levantado sobre la pura presencia femenina, que es lo que daba consistencia a los hogares en un reflejo de lo que pudo ser el legendario matriarcado original. Cada vez que los avatares de la historia han corrompido esa cáscara social típicamente masculina que llamamos patriarcado, ha quedado al descubierto el corazón de cada pueblo, que es ese corazón materno al que recurren llamando a su madre los hombretones más fornidos cuando se hallan de verdad en apuros.

En La antorcha, nº 3, julio 2023



06 marzo 2024

Textos para preparar el gran día (II)

 Otra vez Sarah:

…en contra de lo que pueda parecer, tanto en África como en Asia la mujer goza de un profundo respeto. Jamás se atreverían a reducirla a algunas de las imágenes degradantes que encontramos en Occidente. Se me podrá objetar que la mujer africana está condicionada por el hecho de tener hijos. Esta manera de caricaturizar a la familia numerosa africana es ofensiva. Quiero denunciar la hipocresía que supone hacernos creer que la mujer occidental es respetada y se siente plenamente realizada porque se ha liberado del “peso” de la maternidad y es igual que el hombre en todos los aspectos.




05 marzo 2024

Textos para preparar el gran día

 Sarah:

Sin darse cuenta, cierto feminismo lleva a las mujeres a mirarse a sí mismas con la misma visión de esos hombres depravados y arrogantes que las reducen a un objeto de disfrute.




Él dice "sin darse cuenta"... Yo no lo veo tan claro...

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