04 junio 2025

Perlas victorhuguianas (II)

No podemos impedir al pensamiento que vuelva a una idea como no se puede impedir al mar que vuelva a una orilla. Para el marinero, eso se llama la marea; para el culpable se llama el remordimiento. Dios hace crecer el alma como el océano.

El señor Madeleine solía ir a las tres a ver a la enferma. Como la puntualidad era bondad, era puntual.

El velo que llevan es noche tejida

[Casi una greguería, ¿no? Se refiere a unas monjas penitentes, vistas por él con ojos de progresista escandalizado]

[Aquí, en cambio, el progresista menosprecia las filosofías ateas]

Lo curioso es el aire altanero, superior y compasivo que esa filosofía a tientas adopta frente a la filosofía que ve a Dios. Es como si oyésemos exclamar a un topo: ¡Qué pena me dan esos que hablan del sol!