27 octubre 2015

Instrucciones para una ola de calor


Esta novela es la mejor relatio postsinodal que uno podría desear, al menos teniendo en cuenta los términos en que los medios han ido reflejando el acontecimiento; y es curioso que me haya sido dado leerla en coincidencia con él. Aquí hay unas familias, hay miserias y hay perdón. Miserias que aparecen como tales y perdón que no sale solo ni es decir que lo negro es blanco. Y, por encima de todo, la mirada amable de la narradora, sin desgarros, al estilo cervantino. Tal vez tenga razón Vicente Trelles (Aceprensa, solo para suscriptores) cuando dice que para estos personajes "la fe no es un motivo de consuelo sino de sufrimiento en la medida en que censura sus comportamientos tantas veces desordenados". Pero es la fe en la forma en que la entiende Gretta, la madre, como un conjunto de cosas que hay que hacer y que hay que evitar. Para eso no era necesaria la encarnación del Hijo de Dios. ¿Quiere decir eso que hay que hacer mangas y capirotes de dichas normas? Absit!, que diría san Pablo. Pero es que hay algo más que eso, en Gretta como en los demás: de hecho, es difícil no pensar que es esa fe, por oculta que se halle, la que lleva a un hombre a cuidar en la enfermedad al hermano que le adornó la cabeza el mismo día de su boda, o a una mujer con más hombres que la Samaritana a aceptar al bebé que viene cuando el padre y la madre se hallan en la peor situación imaginable para criarlo. Esa recepción de la vida (con el añadido de otra vida que se recupera: ¡oh, ese exquisito final!) aparece casi como la recompensa del perdón, y todo eso es más importante que la difícil solución de la situación de Robert y Gretta, y de Mónica y Peter, desde un punto de vista, digamos, canónico. En definitiva, yo atribuiría a esta novela una frase que me acabo de encontrar también en Aceprensa: "La misericordia es la respuesta de Dios al poder destructivo del pecado, no su banalización".

Por cierto, la autora es Maggie O´Farrell. Es el tipo de novela que hay que considerar en su conjunto, porque a ratos puede resultar, si no anodina, del montoncillo. Es de esos casos en que te felicitas de haber tenido paciencia.

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24 octubre 2015

Cada vez que se difunde una imagen


de los asesinos islámicos ejerciendo de tales, nunca falta quien saca a relucir la Edad Media. Aparte de que la pena de muerte es muy anterior al siglo V y que siguió siendo una práctica habitual durante los siglos XVI y posteriores, es que el siglo XX rompió todas las marcas de salvajismo y lo hizo por mano de quienes pretendían sacarnos de las tinieblas medievales y conducirnos a un mundo de libertad e igualdad (la fraternidad dejó de predicarse muy pronto, supongo que por mero pudor), y no en desiertos lejanos y montañas remotas, sino en el Occidente civilizado. Es un tópico, lo sé, pero conviene recordar que ese tópico ha sido propiciado por los antecesores de los que hoy quieren eliminar la religión de la enseñanza y que jamás recuerdan a las brigadas del amanecer.


23 octubre 2015

Sabiduría práctica


--No, padre, de verdad que no. No le amo porque sea un buen partido.
--¿Por qué, entonces?
--Oh, vaya, porque siempre le he amado. Jamás se me dio tan bien regañar a otra persona, y ese es un punto a tener en cuenta en un marido.

En George Eliot, Middlemarch


21 octubre 2015

Cortes marlowianos. I


            --No olvidaré fácilmente su grosería –dijo entre dientes--. Nadie me había hablado nunca de ese modo.
            Me levanté y caminé rodeando el escritorio.
            --No piense mucho en ello. Podría acabar gustándole.

(La hermana pequeña, capítulo 7)


17 octubre 2015

Kenny Rogers: "Collection"

¿Una collection más de Kenny Rogers? Tal vez sí, pero este fue uno de esos casetes en que me acompañó la suerte, porque las canciones reunidas aquí son de las que más suenan a country, dentro  del repertorio del barbas. No están las veleidades crooner tipo Lady ni el country pop, más lo segundo que lo primero, que practicaba con la First Edition.

Algunas, sin embargo, procedían de aquella época, como Reuben James o Ruby don´t take your love to town. Tal vez más. Pero las versiones recogidas aquí son posteriores y, desde luego, mejores (son las que enlazo). Son las que abren cada cara, por cierto. Otra de mis preferidas era Green green grass of home, un clásico con el que tomé contacto por primera vez en su voz, con una letra de esas propicias para hacer llorar, sobre un tipo que sueña con su casa la noche antes de ser ejecutado. Y otra era Lucille, creo que también remozada: en ese caso creo que puedo decir que la Lucille de Waylon Jennings sería superior a Lucillle-Kenny-1 pero inferior a Lucille-Kenny-2, si ustedes me siguen.

Pero todas merecen mucho la pena, salvo la castaña pilonga titulada Sweet music man, donde se metió a compositor, oh vanidad, y el lento que aparece en The gambler, The king of Oak Street, una cosa hipnótica en el peor de los sentidos. Por cierto que The gambler no está. Eso es aparte.

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13 octubre 2015

Los archivos de The Spirit, volumen 4


El enorme prestigio de Will Eisner entre los aficionados al cómic hace que su personaje más popular, Spirit, esté decentemente editado y pueda encontrarse con facilidad en español. No recuerdo ahora qué editorial publicó sus historias allá por el 80. Ahora es Norma quien recoge todo el material.

Ya expresé en otro lugar mis antiguos prejuicios contra esta serie: o jugamos al inspector Dan o jugamos al Zorro, pero un detective enmascarado, oh, no, de qué estamos hablando. Es ahora cuando veo su carácter paródico hasta cierto punto, y su afán de ir más allá del realismo. Con todo lo cual, sin embargo, refleja perfectamente la imaginería del género negro, tanto de la novelística como del cine, y si nos vamos a las producciones menores en vez de a Perdición o El sueño eterno, lo vemos mejor. En conclusión, es un gozo contemplar cada una de estas viñetas.

Ahora lo que me parece pecado es el haberlas coloreado. Es como colorear El gabinete del doctor Caligari. El ambiente tétrico que creaba el blanco y negro en aquella benemérita editorial, que causaba una depresión mezclada de no sé qué extraña nostalgia, queda aquí muy atenuado. A todo esto no sé si el original era en color o no. Pero hombre, va la editorial Mosquito y te prepara una Petra Chérie en blanco y negro, con lo que rebaja el encanto de las aventuras de la espía fatal tal como las vi en Bruguera, y a los de Norma se les ocurre colorear lo que tenía vocación de sombrío. En fin, es difícil tenerlo todo.

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12 octubre 2015

Luis Alberto de Cuenca exhibió una de sus horas más bajas


 en una reciente entrevista radiofónica, curiosamente con motivo de un premio literario (otro).

 Para empezar, no supo definir a una mujer más que como maravillosa (alguien con quien acababan de hablar, creo, y de quien desconozco su relación con el poeta).

Luego recordó su preferencia por la línea clara en poesía: término inventado por él, según creo, y cosa que es fácil confirmar con la lectura de cualquiera de sus libros. No le gustan, explica, los enigmas y las complicaciones. Pero inmediatamente después se ponen a hablar de Machado y dice que don Antonio no es uno de sus referentes, sino más bien Juan Ramón y, de modo más cercano... Juan Eduardo Cirlot. Y uno se pasma: ¿es Cirlot ejemplo de línea clara en algo? Al menos lo que le conozco me resulta tan impenetrable como una película de Tarkovski.

Y para terminar, se define como escéptico. Lo cual tampoco es nada nuevo para quien le conozca, pero se podía haber quedado ahí. Lejos de ello, tal vez acuciado por el horror vacui ante el micrófono, se pone a repetir el tópico progre (¡él!, con tópicos progres) de que el escepticismo es lo que hace avanzar (no dijo en qué, simplemente avanzar), mientras que los que tienen creencias y dogmas son los que se estancan. Vamos, un pensamiento a la altura de cualquier famosete de temporada. Qué mal le está sentando la senectute. Estuvo más inspirado cuando compuso Caperucita Feroz.


05 octubre 2015

Para generosidad, la suya.


Si tengo algo de patriota, no es en el sentido de hacer mío todo lo bueno que se diga de los españoles, así que no me siento halagado por esto. Pero me gusta que lo diga un inglés. George Orwell, Homenaje a Cataluña:

Desafío a cualquiera a verse sumergido, como me ocurrió a mí, entre la clase obrera española y a no sentirse conmovido por su decencia esencial y, sobre todo, por su franqueza y generosidad. La generosidad de un español, en el sentido corriente de la palabra, a veces resulta casi embarazosa. Si uno le pide un cigarrillo, te obliga a aceptar todo el paquete. Y más allá de eso, existe generosidad en un sentido más profundo, una verdadera amplitud de espíritu que he encontrado una y otra vez en las circunstancias menos promisorias. (Capítulo 1)

Sorprende aún más teniendo en cuenta que esos españoles con los que se codeaba eran los asesinos del Frente Popular. Ya se ve que somos capaces de lo mejor y de lo peor. 


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02 octubre 2015

Rocky Sharpe & The Replays: Let´s go


Tercera salida de Rocky Sharpe and The Replays. Ya no contaban con el factor sorpresa, pero lo cierto es que el repertorio difiere muy poco del que los aupó a la fama. Tal vez los singles no tenían la pegada de Rama Lama Ding Dong o Never: creo que se trató de Get a job (una pieza un tanto oscura, ciertamente) y Come on let´s go, tercera canción del malogrado Ritchie Valens, el de la Bamba y Donna, que poco antes habían grabado Matchbox. En todo caso, por lo que he podido observar, muchos de los temas aquí recogidos son de los que más han pasado a las compilaciones.

Siguen siendo temas de doo-wop pero en este caso hay muchos que proceden de territorios aledaños: ahí está el Never be anyone else but you que popularizó Ricky Nelson; una de Fats Domino, Whole lotta loving; algún que otro número swing como Love love love o Alright ok you win; y lo que para mí es la estrella del disco, que además lo cierra: un Too much monkey business que no reconocería Chuck Berry pero con unos arreglos de guitarra espectaculares. A tono con todo ello el grupo lucía en la portada unos atuendos más rocker, en lugar de las corbatas de Rama Lama y las chupas horterillas de Rock it to Mars. Un buen trabajo.

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