19 julio 2009

Moral, idioma, Astérix


Aunque Juan Manuel de Prada tiene mucha razón, como siempre, en su artículo del sábado, no me convence la expresión frenos morales. Me suena demasiado negativo, como cuando Carmen Elgazu, en Los cipreses creen en Dios, decía: "la religión es el único freno". Hombre, no. La religión no es un freno, estaríamos frescos. La moral tampoco debe servir sólo para frenar. Por eso yo hubiera hablado de educación, horizontes, norte, barniz, orientación, revestimiento...

...

En La estrella polar, de la COPE, volvían a tocar (superficialmente, todo hay que decirlo) el eterno tema: ¿español o castellano? A mí me gustó cómo zanjó la cuestión aquel canario:

-Pues mire, aquí hablamos español, porque el castellano no lo sabemos pronunciar.

En todo caso, creo que se trata de la más estéril de las polémicas. Hay poderosas razones en favor de ambas maneras de denominar a nuestro idioma. Pero, si nos ponemos puntillosos, como habría que llamarlo es hispanoargentinomexicanocubanoetc. etc. etc.
...

Astérix cumple cincuenta años. Qué voy a decir que no se haya dicho o que sí se haya dicho. Tal vez, que no se homenajea como es debido a los traductores. El ABC trae una viñeta con los galos tomando la poción mágica y un rótulo: Los galos se preparan... y los romanos están listos.

Me gustaría saber cómo era el original, pero traducir ese tipo de juegos de palabras no debe de ser nada fácil.

__