Por supuesto, El mono azul está narrada desde la perspectiva franquista, pero no carga las tintas en la demonización del otro bando. La guerra es aquí casi el telón de fondo, y Duque se contenta con exhibir su talento narrativo en una historia privada en el marco de su Andalucía. Sí que vemos, con todo, cómo la guerra (o, mejor dicho, la política llevada a posiciones radicales) es capaz de excitar odios que no habrían llegado a la existencia de otro modo. El repudio de Aquilino Duque hacia los partidos políticos puede aflorar aquí, pero la impresión que deja El mono azul es la de un relato costumbrista que cobra fuerza en los últimos tramos, cuando el personaje de Tobalo, convicto, herido y prisionero, suscita en los demás el conflicto entre la misericordia y la justicia.
Nota redactada en diciembre del 2004, sin internet a mano. Ahora sé que la novela de Asenjo es del 77.
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