Hombre, en esta ocasión los bestias con turbante han hecho algo bueno (http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276288918.html). Sacar a escena una obra de Mozart con cabezas cortadas de Cristo, Buda y Mahoma es un atentado no contra el Islam, ni contra la cruz ni contra Buda, sino contra la creatividad y el buen gusto. Es decir, contra Mozart. Si las amenazas de unos fanáticos sirven para hacer respetar a un genio, pues mira.
Yo también habría hecho campaña contra esa bufonada. Hoy se considera poco menos que sacrilegio el censurar una (presunta) obra de arte. Afortunadamente no tengo semejante prejuicio. Si el arte es hoy más transgresión que belleza, hay que lograrla también con un poco de talento. A estas alturas, decapitar a Cristo o a Mahoma es tan genial como decir "los fascistas no tienen pilila". Que lo censuren por irreverente y por inútil.
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