01 abril 2009

Trampa machista


Es un grave error, consecuencia del materialismo contemporáneo -herencia gravosa del Siglo de las Luces- referir en seguida la feminidad (y la virilidad) a lo corpóreo, a lo anatómico, a lo fisiológico: que, al abstraer de lo espiritual, se convierte inmediatamente en lo "animal", de manera que, al hablar de la mujer, se piense en la hembra, y al hablar del varón se piense en el macho. Y entonces, ya no hay manera de ver dónde está realmente la "igualdad", y no hay tampoco modo de entender que la feminidad constituya como tal un valor propio y una diversa participación de las perfecciones divinas. Con esa óptica deformada, se llega fácilmente a hacer del "macho" lo ejemplar, lo que hay que imitar, cuyas funciones hay que asumir. Por eso el feminismo ha sido la última trampa del machismo, y el más violento y deletéreo ataque histórico a los valores de la feminidad.

Carlos Cardona, Ética del quehacer educativo


De ahí, por ejemplo, el desprecio al trabajo doméstico y el empeño cerril en hacer compartir esas tareas por igual, como si se tratara de un baldón insufrible. Ese es, hoy por hoy, el único machismo realmente existente.


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