20 abril 2009

Tiene pintas de profesor rojeras,

y una labia castiza que es el reverso de esa oratoria amanerada que suele atribuirse a los curas y que tan bien parodia Jorge Maronna. Por eso encanta aún más su discurso sobre el amor, exacto, sereno y bien contrapuntado por el Unchained melody. Me pregunto si será este mismo: se traen un aire. En todo caso, con este son tres los curas rompedores (para bien), a años luz del imbécil que gusta al cine español, que me topo en poco tiempo. Qué gran cosa, los blogues.

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