23 marzo 2009
Mamá comandante
Hace unos cuantos años, podía decirse que el socialismo había tomado la enseñanza como campo de pruebas de sus utopías. La visión del mundo que se impartía en las aulas (no muy diversa de la que hoy aparece, reglada, en Educación para la Ciudadanía) tenía poco que ver con el mundo real y sí mucho con la ideología de quien había ejercido el poder político durante trece años y el cultural algunos más.
Pero, a la altura del 2004, había llegado el momento de dar el salto de la escuela a la sociedad. Lo que se pensó utopía ha tomado forma en leyes y decretos e invade campos hasta ahora blindados a tales experimentos, como era el de las Fuerzas Armadas. ¿Qué sentido tiene poner a una mujer en el ministerio de Defensa? Aparte de la provocación, muy cierta y destacada en su día por la prensa, hay una voluntad de emasculación, y no lo digo sólo por lo de que puedan admitir en el ejército a transexuales. Para una mujer (esposa, madre) la mayor alegría es la vuelta a casa de los soldados. De un ministro de defensa femenino se puede esperar justamente eso: retiradas. "Vuela despacio y bajito", era el tópico consejo de mamá al aviador (y lo peor que podía hacer, como por fortuna saben los profesionales).
Un ejército pacifista, un ejército ad usum matris, tal es la utopía zapaterista, su proyecto para una España a la vanguardia de la nueva izquierda, lennoniana, apijotada, vegetal. Osama, mátanos.
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