24 marzo 2009

La perplejidad del héroe


"Si hay alguien que pueda aproximarse con objetividad y libertad al rostro oculto del enigma [de la palabra y, por tanto, de la creación literaria] ese es ciertamente el hombre que piensa y vive en la fe de Jesucristo". Así lo afirma José Miguel Ibáñez Langlois. Palabras necesarias, por cuanto hoy día muchos seguirían preguntando cómo es posible compaginar unos compromisos religiosos con la necesaria objetividad del crítico. No hay más que echar un vistazo a la Literatura del siglo XX y cristianismo de Charles Moeller para darse cuenta de la verdad de aquel aserto. Pocas veces se ha calado con tal hondura en la obra de Unamuno, de Camus, de Kafka, de Huxley y de tantos otros, como lo hace el abate Moeller en los seis tomos de su obra.

Recuerdo aquí a don José Miguel y a Moeller a propósito de La perplejidad del héroe, un conjunto de estudios sobre destacados autores contemporáneos a cargo de la profesora Guadalupe Arbona Abascal, especialista en historia del teatro y concretamente en Calderón. El libro será, a partir de ahora, consulta obligada para cualquier lector interesado en Ibsen, Ionesco, Oscar Milosz, Sigrid Undset, Flannery O´Connor, Gesualdo Bufalino o Miguel Delibes. Por supuesto, la perspectiva es la de una cristiana convencida y, por tanto, de una penetración que está ausente en tantos otros estudios lastrados por parcialidades ideológicas, caso, por ejemplo, de quienes no han visto en Casa de muñecas más que un alegato feminista.

Nota redactada en septiembre del 2001

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