La ley de la paridad, la última parida del régimen del 13 de marzo, va a conseguir que, al menos en los partidos y en las empresas, se mire el sexo como nunca antes se había hecho:
-¿Quiere usted ser candidato/a? A ver, a ver esa cosita. Lo siento, de eso ya tenemos el cupo lleno.
Que es, creo, lo contrario de lo que se pretendía conseguir. Están como puñeteras cabras, pero ojalá fuera sólo eso.
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