28 marzo 2007

La Comendadora, El clavo y otros cuentos


En tres volúmenes agrupó Pedro Antonio de Alarcón sus relatos breves: Cuentos amatorios, Historietas ncionales y Narraciones inverosímiles. Laura de los Ríos reúne en este volumen cinco de ellas, con dos ejemplos de cada una, quiero decir, a ver si me explico: dos de los amatorios, uno de los nacionales y dos de los inverosímiles. Si no teníamos experiencia del Alarcón cuentista, creo que nos pueden impresionar. Conmigo sí lo han hecho. Lo primero que hay que hacer, advierto, es olvidarse de la etiqueta de Realismo que hemos puesto a la época del autor, o, al menos, cogerla con muchas pinzas. Porque todas estas piezas podrían caber más a gusto bajo el rótulo de Romanticismo, pero, qué demonios, el mejor rótulo que se les puede poner es el de narrativa de la buena. Salvando algunos detalles sensibleros o algunas fórmulas anticuadas, los cinco cuentos pueden ser la envidia de cualquier aficionado de nuestros días.

Algún duende tiene, sí, Alarcón, si tenemos en cuenta que, en cuanto se refiere a los argumentos, los relatos son sencillotes: en manos de un narrador mediocre serían malísimos. Pero el arte de contar de don Pedro Antonio los vuelve subyugantes. Todo lo que dice Laura de los Ríos sobre "La Comendadora" es cierto: uno cree estar leyendo al Francisco Ayala de "El Hechizado"; sin que te des cuenta, la atmósfera, entre mágica y asfixiante, te atrapa, y puede más que la historia misma, aunque sea ésta la que parece llevarte de la mano.

Nota redactada en junio de 1999.

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