19 enero 2007
La armonía vital
Una reivindicación de la familia es el subtítulo de este ensayo y, si alguien pensaba en un plúmbeo alegato que nos recordara cuáles son, desde el punto de vista de la moral cristiana, las razones que hacen de la familia el fundamento de toda sociedad, ha patinado. No se trata de una encíclica papal (que tiene, lógicamente, su sitio) sino de la opinión lúcida y optimista de la presidenta-editora de Telva. Telva es una revista que, dicen, pierde lectoras porque se mueve en un espacio difícil: el dirigido a un tipo de mujer moderna en sus costumbres y conservadora en lo ideológico. Pero, si ese tipo de mujer es raro en España, peor para España. Consuela pensar que, simplemente, aquí estamos de ida de cierto tipo de feminismo cuando en otros lugares empiezan a estar de vuelta. Suele pasarnos.
Creo que no me equivoco si pienso que la idea central del ensayo es que la mujer no necesita imitar al hombre para reclamar sus derechos en el terreno profesional, sino, al contrario, potenciar lo específicamente femenino, singularmente su papel de esposa y madre, que acabará repercutiendo también de modo positivo en su trabajo extrafamiliar. Y me alegro de que Covadonga o´Shea, mujer de mundo donde las haya, abra camino para demostrar algo que estaba ente nuestros ojos sin que nadie quisiera verlo: que el feminismo radical e igualitario era, sencillamente, una trampa machista.
Nota redactada en agosto de 1999. Al parecer, Telva se mantiene sin novedad. Me alegro.
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