06 octubre 2010

Informe sobre la televisión


Esparza subtitula este libro del mismo modo que sus crónicas en El Correo: "El invento del maligno". Y nos hace saber en el prólogo que la frase es de Fernando Sánchez Dragó, aunque cualquiera, en honor a la verdad, podría haberla dicho. No cabe duda de que hay algo de ironía en su utilización por el joven intelectual condenado a la crítica televisiva: Esparza no es un hombre dado a las condenas en firme ni a las declaraciones apocalípticas.

Pero lo que parece claro al terminar la lectura de este Informe es que la televisión no es el medio más adecuado para adquirir esa virtud que Cervantes llamaba discreción, y mucho menos aquella otra de la excelencia, tan ponderada por Gracián. Es verdad que lo que se dice aquí no es nuevo; antes al contrario, se ha oído muchas veces. Pero no es menos cierto que Esparza lo adereza con su buen hacer de ensayista y con un buen surtido de referencias culturales. Sin embargo, hay una aportación que espeluzna: siempre se han achacado a la televisión dos cosas: una, que inhibe la capacidad de reflexión y de crítica; otra, la basura que son la mayor parte de sus espacios. No obstante, esto último se consideraba como algo contingente, algo que se podría arreglar con una mínima carga de responsabilidad. Para Esparza, en cambio, el medio es así. Su naturaleza le obliga a ser mediocre, condicionado como está por su receptor y por la competencia. Esto nos hace abandonar toda esperanza. Al menos, por unos siglos.

Nota redactada en febrero del 2003


Otras obras de José Javier Esparza comentadas aquí:

El final de los tiempos. El dolor

Ejercicios de vértigo

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