Es curioso, pero a todos los que eutanasian o piden ser eutanasiados les da por escribir un libro: Sampedro, Vincent Humbert, Englaro... Detrás están los buitres, claro. Esas aves carroñeras que se lanzan sobre el caso de eutanasia más próximo para llenarse la bolsa y de paso hacer valer sus pretensiones por la vía lacrimógena. A veces incluso aparecen en letra pequeña (buitres narcisistas) en la portada, como la tal Elena Nave. Menudo negocio.
Curioso, sí: mientras que el aborto ha podido colar sin mucho esfuerzo, lo de la eutanasia les está costando libros y películas (Amenábar, Fesser). Será porque en el aborto es posible mirar para otro lado sin sentirse incumbido. En cambio, todos podemos acabar con la vida arrendada a los sobrinos o a los directores de residencias.
El libro del parricida italiano y la ideóloga de la muerte está ya en las librerías. Llorad, llorad, malditos.
__