Joaquín Sabina se sintió traicionado por
Bob Dylan cuando se hizo cristiano: "como si alguien a quien respeto se volviera imbécil de pronto". Ser insultado por un degenerado es un honor, pero esas traiciones que dice el
Sabina suceden a menudo. Ahora me entero de que la encantadora
Astrud Gilberto es una "defensora de los derechos de los animales" (Wikipedia, sencillamente). Es nuestro problema: idealizamos con suma facilidad.
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