24 mayo 2011
Educación y educadores
"El primer problema moral de Europa" es el subtítulo de este libro. Don Olegario es apasionado, ciertamente, apasionado no en términos de parcialidad ideológica sino en el de interés personal en su tema. Vamos, que vive el problema de la educación, por así decirlo. Pero sería aventurado negar que tiene razón: al final, los otros "problemas morales" acaban derivando, casi todos, de las deficiencias en la educación.
El libro es desigual, no en vano se trata de un collage de conferencias, artículos y escritos nuevos. Los primeros capítulos (los correpondientes a conferencias e intervenciones varias en congresos o actos públicos de diversa índole) aportan poco en conjunto; son más que nada una abundancia en lo que todo humanista cristiano conoce que debe ser el cimiento de la educación: es decir, lo que los artífices del actual sistema educativo desconocen o dejan de lado. Sin embargo, la vastísima cultura del autor hace que podamos encontrar aquí o allá sugerencias jugosas. Por ejemplo, cuando trae a colación la cita de Juvenal que sintetiza la actual desestima del héroe y del heroísmo: propter vitam vivendi perdere causas, por la mera pervivencia biológica, perder (o echar a perder) las causas por las que merece la pena vivir. O esa observación de Donoso Cortés, que el autor parece tener muy asimilada, pues la repite en varias ocaciones, y de gran oportunidad en los tiempos que vivimos: que la democracia requiere unas condiciones que están fuera de sí misma, en unos valores y presupuestos que la han hecho posible.
Nota redactada en noviembre del 2005. El autor es Olegario González de Cardedal
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