10 marzo 2011

Como los ama Dios


En esta colonia había una respuesta para cada acusación. Cuando se señalaba una corrupción, siempre había otra más negra... ¿Por qué, pensaba mientras desviaba el coche para evitar un perro muerto, me gusta tanto este lugar? ¿Será porque aquí la naturaleza humana no ha tenido tiempo de disfrazarse? Aquí nadie podría hablar jamás de un paraíso terrenal. El paraíso conservaba rígidamente su lugar, del otro lado de la muerte; de este lado florecían las injusticias, las crueldades, las mezquindades, que en otras partes la gente ocultaba tan ingeniosamente. Aquí uno podía amar a los seres humanos como los amaba Dios: conociendo lo peor; uno no amaba una pose, un vestido bonito, un sentimiento artificiosamente investido.

Narrador de El revés de la trama, de Graham Greene

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