que el mismo impulso revolucionario que ha llevado a la proliferación de personas jurídicas comerciales, políticas y de otros tipos, ha mostrado siempre su animadversión contra la familia. La razón profunda de esta animadversión democrática contra la familia está en que la familia, por su misma naturaleza, es siempre una reserva de desigualdad, empezando por la del sexo, contra la cual vienen luchando denodadamente las fuerzas del mal --muy especialmente con la difusión del erotismo, que acaba por sí mismo en homosexualidad...