08 julio 2011
Uso democrático
Me hace gracia leer que una parlamentaria de izquierdas pide "un uso democrático" para el Valle de los Caídos. ¿Querrá trasladar allí la sede del Congreso de los diputados?
En realidad, para este régimen, y singularmente para la izquierda, lo de democrático no es más que un adjetivo de esos que los regímenes políticos suelen usar como un timbre de dignidad para sus personas y sus actuaciones, y que sirve a la vez de estigma para los que quedan fuera. Es decir, lo que fue nacional para el régimen del 18 de julio, republicano para el del 14 de abril y proletario para el soviético.
En particular, lo de "democracia" o "democrático", usado así, resulta un terrible sarcasmo. Cuando algún socialista es puesto bajo sospecha, cosa que ocurre con frecuencia, suele decir que esas sospechas perjudican a la democracia; es decir, a mí, que luzco el rótulo. Si usted pensaba que la democracia consiste precisamente en la posibilidad de controlar al poder y pedirle cuentas, ya puede ir olvidándolo.
Un "uso democrático" del Valle de los Caídos, pues, ya imaginamos lo que significa: un santuario de la historia oficial y una picota para el régimen anterior. O sea, una nueva victoria en esa guerra interminable de la que habla Almudena Grandes; porque no la quieren terminar, claro.
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