04 abril 2011

Ir delante


Muchas veces recuerdo una frase ingeniosa y aguda de Quevedo: "Para que se anden tras ti todas las mujeres hermosas, ándate tú delante de ellas." Cuando se dice a las gentes lo que les gusta oír, lo que se espera que se les diga, es fácil que vayan detrás de uno, pero poco vale ese seguimiento. La misión del que habla a sus hermanos, especialmente la misión del sacerdote, no es decir lo que gusta o se espera de él, no es ir delante de los deseos de los demás; es decir la verdad: la verdad revelada y lo que humanamente se cree, la verdadera interpretación de esa verdad.

Julián Marías, Sobre el cristianismo

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