24 febrero 2011

"A mis hijos, Laia y Pol..."

Pensé que un tipo que pone a sus hijos nombres de perro no tendría nada interesante que decirme. Sin embargo, La buena suerte, de Álex Rovira Celma y Fernando Trías de Bes, es una simpática fábula sobre el espíritu de iniciativa y la necesidad de vencer la pereza de modo habitual, aunque no lo llame así. Por otro lado, los agradecimientos y dedicatorias muestran que la vida no se reduce a lograr el éxito. No es para invertir dinero en él, pero bueno.

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