15 diciembre 2010

Las grandes guerras y los grandes desastres


proceden de facciones que se alzan unas contra otras y que, sin embargo, se entretejen unas con otras. Hermanos enemigos: el capitalista y el comunista, el relativista y el dogmático, el puritano y el libertino, etc. Observamos así necedades antagonistas que compiten, pujan, escalan a los extremos, como dice Clausewitz, en fin, se engranan unas con otras como las ruedas de una trituradora gigantesca y supremamente inteligente: un mecanismo que recluta a pobres diablos y los machaca de tal forma que, quejándose siempre de una mitad del torno, reactivan la mitad de detrás, ¡y así se empieza una nueva vuelta!

Fabrice Hadjadj, La fe de los demonios

Lo vio también Lewis: el demonio manda los errores a pares para que, huyendo de uno, caigamos en el otro. Y espanta ver la categoría mundana de muchos de los pobres diablos que se enredaron en la trama.

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