02 junio 2010

Mutatis mutandis...

Nada ha sido más funesto a los pueblos de la Hispanidad que su concepto del Estado como un derecho a recaudar contribuciones y a repartir destinos. Desde luego, puede decirse que se debe a ese concepto la división de la Hispanidad en una veintena de Estados. De esta manera se dispone de otras tantas Presidencias, Ministerios, Cuerpos Legisladores y "funcionarios de todas clases", que es la definición que ha dado el humorismo de la nueva República española. Cuando Cuba era colonia nuestra, su presupuesto total era de unos veintitrés millones de pesos, diez de los cuales se los llevaban los intereses de su especial deuda, y otros diez el ejército y marina, quedando apenas tres para los servicios civiles de la isla. Al hacerse independiente, cargó la metrópoli con el servicio de la deuda y con los gastos militares. El presupuesto de tres millones no tardó en rebasar la centena. Después ha bajado, a causa de la crisis, pero hubo momento en que todos los cubanos parecían nacer con su credencial debajo del sobaco. Las dictaduras surgen en América por la necesidad de poner coto al incremento de los gastos públicos. Las democracias, en cambio, nacen del ansia, no menos imperiosa, de dar a todo el mundo empleos del Gobierno.

Ramiro de Maeztu, Defensa de la Hispanidad

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