24 junio 2010

Cuando me levanto fascista y cabreado,

lamento que unas buenas cámaras de gas no aligerasen un poco de judíos la España de los 40.


Mi blog lo sigue algún que otro amigo a quien un click de más no le echa a perder la mañana. Pero creo que si llego a escribir lo de arriba sin más comentario, no tardaría en recibir una citación, amén de dicterios y amenazas sin cuento. Y sin embargo eso se ha escrito: lo ha hecho el famoso Arturo Pérez Reverte en su columna semanal. Claro que no dijo fascista, cámaras de gas y judíos, sino jacobino, guillotina y sotanas, o sea, curas.

Tengo dicho que la campaña de odio y de acoso que viene sufriendo la Iglesia en los últimos tiempos excede con mucho a la que se llevó a cabo contra los judíos en la Alemania nazi y prenazi. Si traducimos, como yo lo he hecho aquí, al antisemitismo los ataques verbales o por medio de películas o bestsellers que se produzcan contra la Iglesia o los cristianos, se verá con facilidad que otro verano del 36 es posible
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