¡Ah, pobre de mí! Jamás seré tan feliz como antes de conocer a la prima Hepzibah y al pobre primo Clifford. En este breve período de tiempo me he hecho muy mayor. Mayor y, espero, más sabia. Y, aunque no exactamente triste, sí he perdido la mitad de mi ligereza de ánimo. Les he entregado mi luz del sol y me alegro de haberlo hecho, pero, por supuesto, no puedo darla y quedarme con ella al mismo tiempo. Aun así, ¡bienvenidos sean!
Phoebe, en La casa de los siete tejados
"... las lágrimas no te permitirán ver las estrellas", que decía el indio.
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