Dos contertulios mostraban escándalo (casi podía verse el dedo acusador) ante un tercero que estaba a punto de manifestarse partidario de la penalización del aborto incluso en caso de violación.
Al parecer, en el año de gracia de 2008, no basta con mirar por encima del hombro al hijo del pecado. Hay que cortarle la cabeza sin miramientos.
Yo también soy partidario del aborto en caso de violación. Del aborto del violador, claro. Que sea colgado por los compañones hasta que muera. En cuanto al fruto de su acción (y tomo prestado el argumento a los modernos anabaptistas), ya decidirá de mayor si se pone en manos de los sedadores de Leganés o decide continuar con su vida, a pesar de todo.
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