En nombre de eso se asesinaron los españoles en la guerra civil, según el protagonista-narrador de El sueño del ángel, la novela más comprada estos días. El (a pesar de todo) inexperto Carlos Ruiz Zafón es incapaz de ponerse en la piel de un hombre de la primera mitad del siglo XX y transpira ese pacifismo elemental y lennoniano (nothing to kill or die for) que constituye el bagage ideológico de la juventud española y que tan bien aprovecha en su beneficio el actual jefe del ejecutivo.
No, los españoles no se mataron por unos trapos. Pero quizá no sea tan deleznable ese repudio de la juventud actual por las banderías humanas. Así quizá sean más accesibles a la palabra que salva, si conseguimos presentársela incontaminada.