09 septiembre 2010

El suicida superviviente


Envilecimiento, encanallamiento, no es otra cosa que el modo de vida que le queda al que se ha negado a ser el que tiene que ser. Este su auténtico ser no muere por eso, sino que se convierte en sombra acusadora, en fantasma, que le hace sentir constantemente la inferioridad de la existencia que lleva respecto a la que tenía que llevar. El envilecido es el suicida superviviente.

Una aguda observación de Ortega (La rebelión de las masas) que adquiere su significado menos cruel y menos determinista si la contemplamos en la perspectiva cristiana de la vocación divina, donde todo, a la postre, es reparable, como bien supo el hijo pródigo.

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