12 enero 2010
El otro árbol de Guernica
Máxima humanidad, cero ideología. Lo que no está nada mal para un libro sobre la guerra civil. De hecho, pienso que si hay una novela sobre la reconciliación es esta, escrita ya en 1967, cuando los españoles habíamos olvidado ya las rencillas derivadas de aquella guerra, y antes de que otros comenzaran de nuevo a atizarlas. Estos niños, este niño, son del bando republicano, pero acaban regresando a casa contentos de encontrar de nuevo la patria, aunque Franco esté en el poder. Es fácil imaginar que Santi y los demás acabaran rehaciendo su vida como ciudadanos normales de una España que, al final de aquel período de reconstrucción, iba a tener la oportunidad de ser un país como los demás... mientras esos "otros" la dejen, claro.
Luis de Castresana consigue un tono bastante equilibrado entre lo sentimental y lo descarnado, o entre lo ingenuo y lo dramático. Equilibrado como este niño fuerte, que no se derrrumba ante la adversidad pero que tampoco carece de sentimientos.
Nota redactada en abril del 2009
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