25 enero 2010

La negociación es un procedimiento válido únicamente entre adultos.

El niño no tiene que ser considerado como un interlocutor, y habituarlo a la negociación es habituarlo a un universo en el que piensa que todo será negociable. Por el contrario, habituar a los jóvenes a saber intercambiar ideas, gestionar actividades e iniciarse en la vida en común es un triunfo para su inserción social. En este clima de negociación igualitaria, los padres se creen obligados a explicar todos los actos, a justificar sus exigencias y sus decisiones y a responder, de manera detallada, a todos lo interrogantes de sus hijos, cuando lo que habitualmente quieren estos últimos es sencillamente estar seguros de que los adultos conocen la respuesta.

Tony Anatrella, La diferencia prohibida

__