22 diciembre 2008

Liberté


... se sorprendió al verse contemplando las paredes de la cárcel con el detenimiento de un turista enamorado del arte y todo para buscar los dibujitos que habían pintarrajeado quienes le precedieron en el usufructo de la celda. Había más letreritos que ilustraciones y entre la libertad y el culo quedaba resuelta toda aquella literatura... Era curioso comprobar que los más feroces libertarios, de guiarse por el plano mental allí a la vista, se hubiesen transformado en conservadores de tomo y lomo en cuanto la sociedad les hubiera concedido patente de perro o al menos un talonario de vales para cualquier palacete de la prostitución. Se notaba que muchos eran comunistas o anarquistas o de las juventudes unificadas, como muchos burgueses eran abonados a la fila cero o suscriptores de periódicos rijosos. A falta de valor para capear los grandes y bravos temporales de la castidad o el donjuanismo de alto copete, los burgueses se echaban una queridita en nombre de la liberté, pongo por ejemplo, y los otros fichaban por el partido que más posibilidades les diese de satisfacer sus instintos sin grandes complicaciones...

Rafael García Serrano, Plaza del Castillo

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