Ahora resulta que los misterios del Papa Mago y su cabeza parlante acaban... en el cambio climático. Como lo oyen. En el último parto de Miguel Ruiz Montáñez (autor de La tumba de Colón, por si se les escapa), un conde se dedica a investigar los descubrimientos de Silvestre II acerca del fin del mundo, ese que causó los (presuntos) terrores del año mil. Y en efecto, resulta que nuestro papa encontró documentos alusivos a una gran catástrofe, pero esta resulta ser la que los seres humanos le infligiremos a la tierra (la sacrosanta Gaia) hacia el 2033: ¡el cambio climático de nuestros pecados!
Como novela de cachondeo, no estaría mal. Al fin y al cabo, el cambio climático ha adquirido caracteres de nuevo terror milenarista. Y el Montáñez ha sabido aprovecharlo. Para mí que se ha reído lo suyo con sus propias paridas. Pero lo narra como si fuese totalmente en serio, confiando en que, si tragaron lo de Da Vinci, cuánto más esta advertencia sobre un tema que nos concierne a todos y tal.
Pero parece que hay algo (Silvestre lo llamaba "el poder") que puede parar la cólera de Gaia. Vamos a ver qué dan de sí las andanzas del detective y la chica en su busca. Llego a la página 300 y pico. Qué emoción...