02 octubre 2008

Bosnios para un nuevo Guernica


Sombrío título y no menos sombrío panorama el que presenta Ángel Palomino en esta novela. Pero no por ello menos posible. ¿Por qué no habría de suceder en España lo que ha ocurrido no tan lejos en Europa? Confiemos en que la diferente condición histórica de las provincias vascas frente a las repúblicas yugoslavas contribuya a que acabe imponiéndose la sensatez. Pero hoy, a pocos días de celebrarse las últimas elecciones al Parlamento vasco, parecían más cercanas que nunca las catástrofes vaticinadas por Palomino. Si el llamado bloque constitucionalista se hubiera impuesto y los nacionalistas más radicales hubieran decidido no acatar la nueva situación, estábamos convertidos en yugoslavos.

Pero, yendo a lo propiamente literario, esta novela me parece fallida. Peca de explícita y de basta. Quizá la acción hubiera debido desarrollarse en un país imaginario y los caracteres lograr un perfil más acabado. En lugar de eso, tenemos a Arzallus proclamando la independencia de Euskadi y un elenco de personajes lastrado por el más burdo maniqueísmo. Los políticos son unos marrulleros inútiles y los militares nobles paladines. Los amores y los rencores del autor son demasiado manifiestos. En suma, es la novela que habría escrito cualquier ardoroso militante joven de un grupo radical de derechas. Ello no quita para que la advertencia sea válida: alentar el nacionalismo es jugar con fuego.

Nota redactada en mayo del 2001


Otras referencias a Ángel Palomino:

Insultos, cortes e impertinencias
De Madrid a Oviedo pasando por las Azores


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