28 octubre 2008
Imprescindible el artículo
de Margaret Somerville, extractado en Aceprensa, sobre el derecho a conocer a los padres biológicos. Única objeción: no entiendo por qué habría que reconocer civilmente las uniones homosexuales, al menos mientras no se reconozcan similares derechos a las parejas de hermanos y hermanas que conviven establemente. Reconocer sólo a las parejas homosexuales representa una discriminación a favor de la actividad sexual, lo que de hecho significa una equiparación con el matrimonio. Eso sí, mirando para otro lado.