13 noviembre 2011
Las aventuras del caballero Kosmas
Estas aventuras, como suele suceder en Juan Perucho, tienen poco de acción trepidante y mucho de regodeo en un culturalismo clásico y medieval que es la marca de fábrica del propio Perucho, de Álvaro Cunqueiro (a quien va dedicado el libro) y, en parte, de Antonio Prieto. El caballero Kosmas es un curioso personaje, mezcla de contable y teólogo, que vive en una alta Edad Media donde un buitre amaestrado canta baladas, las flores mutan a capricho y se han desarrollado los autómatas hasta extremos de ciencia ficción clásica. Perucho juega también con un simbolismo más fingido que real, presente en personajes que representan ideales positivos, como Egeria, nieta de la famosa peregrina escritora, y en otros de carácter diabólico como Ustania y Arnulfo. Los finales de cada capítulo son representativos en este sentido, con sucesos misteriosos que probablemente no vayan más allá de ser una broma de su autor, con la idea de jugar a los sentidos ocultos.
No faltan los personajes históricos en situaciones inventadas, caso de los santos Isidoro o Leandro, y el narrador esmalta de citas contemporáneas (d´Ors, entre otros) el relato. Pero los propios personajes se premiten jugar con el tiempo, hablando de cosas aún no descubiertas.
Es, en definitiva, una alegre fantasía en una época idealizada donde la barbarie que suele atribuírsele no existe, y si existe se halla supeditada al triunfo del bien, en sentido cristiano.
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