"Que todos estén tranquilos. Nuestros únicos enemigos van a ser el paro, la deuda, el déficit..."
Esto tiene dos posibles lecturas.
Primera: se acabó el sectarismo en esta casa. No más ganar la guerra civil, no más leyes idiotas al servicio de la ideología...
Segunda: nos han elegido para superar la crisis económica y eso es lo que haremos, ni más ni menos. Así que nada de valores, nada de tocar la educación para la ciudadanía, el aborto, las parodias de matrimonio y todo lo demás. No estamos para eso.
¿Fue deliberadamente ambiguo? ¿Lanzó un mensaje de complicidad al laicismo solapado con uno complaciente a las bases? El tiempo lo dirá.
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