18 mayo 2010
Llenos de vida
La traducción del título incluye una interpretación, pero lo cierto es que el original, Full of life, deja abierta la posibilidad de leer tanto llenos como lleno de vida, y esto último tendría también un sentido muy profundo si tenemos en cuenta que es el narrador-protagonista quien al final se siente "lleno de vida" en todos los sentidos.
John Fante es un bromista. Te lleva a lo largo de cien páginas haciéndote creer que estás leyendo la aburrida vida de un tipo escéptico y mediocre que maldito lo que tiene que decirte y al que odias porque no deja de llamar bulto al vientre gestante de su mujer, un tipo que parece simplemente ir soportando la vida. Pero el tío te va dejando aquí y allá ciertas pistas de que la cosa puede terminar en algo bueno. Y, en efecto, tenemos un final apoteósico, de esos que hacen cerrar el libro con una sonrisa de satisfacción, todo ello sin que objetivamente ocurra nada fuera de lo normal. Es la irrupción de la gracia con su naturalidad habitual. Y muy buen día el de la Pascua de Resurrección para terminarlo. En cuanto a los que han hecho la portada y la contraportada, "no hablemos de ellos, sino míralos y pasa".
Nota redactada en abril del 2010
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