11 septiembre 2009

Ser mártir todos los días

Morir por una religión es más simple que vivirla con plenitud; batallar en Éfeso contra las fieras es menos duro (miles de mártires oscuros lo hicieron) que ser Pablo, siervo de Jesucristo; un acto es menos que todas las horas de un hombre. La batalla y la gloria son facilidades; más ardua que la empresa de Napoleón fue la de Raskolnikov.

Sucede sin embargo, Otto Dietrich ("Deutsches Requiem", El Aleph, Jorge Luis Borges) que la existencia oscura de esos mártires no fue menos heroica por ser oscura. Es difícil llegar a las fieras sin haber sido, de algún modo, Pablo.

Otra referencia a "Deutsches Requiem", aquí.

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