El gran drama de la América hispana ha sido que la revolución, la mítica Revolución soñada como panacea contra la corrupción y las dictaduras, ha resultado ser la peor de las dictaduras. Falta una novela que narre este drama, como las hay para el ámbito del Este europeo. Algo, sin embargo, podemos intuir en este Tirano Banderas, donde junto a líderes con arrojo y cierta dignidad vemos a chaqueteros lamentables y soñadores sin brío, fáciles de manejar por los que no tienen escrúpulos. Aunque el malo maloso sea el general Banderas, Valle no se hacía ilusiones con respecto a nada. En eso no es diferente de sus contemporáneos, que cuando hubieron de optar políticamente lo hicieron, por lo general, de la peor manera posible, llevados del escepticismo o de una desorientación patente.
Pero cómo no hacer una mención al arte verbal de Valle-Inclán, que logra aquí, podríamos decir, la primera novela en "español total", con todas las variantes españolas y americanas del idioma a su mágica disposición. Excesivos fuegos artificiales, tal vez, pero fascinantes.
Nota redactada en junio del 2008
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