Y habrá que alegrarse con ellos. Al fin y al cabo, Lope y Calderón no eran menos grandes porque el timón de la nave lo llevaran los lermas, los olivares y los reyes pasmados. Entonces vivíamos de sueños y hoy nos atiborramos de opio. La vida es sueño, pudo decir don Pedro. Hoy, en España, la vida es flipe. Todo el mundo en el cielo con diamantes. Al menos, el alucine se llama Torres, Iker, Villa, y no Chikilicuatre, por ejemplo. Y se adorna de rojo y amarillo, a pesar de los esfuerzos de la Cuatro por monocromatizar el asunto.