22 diciembre 2011

Tú di que eres uno de ellos


¡El horror, el horror...! Uwem Akpan podría haber puesto como lema de su recopilación de cuentos las palabras finales de El corazón de las tinieblas. Tú di que eres uno de ellos es, en efecto, un descenso a los abismos del horror. Y, bien mirado, ¿qué novela contemporánea no tiene algo de historia de terror? Que en África estén más extendidas ciertas lacras no hace más que añadir a estos relatos un matiz social. En efecto, el odio racial y religioso, la esclavitud sexual, la prostitución y la drogadicción por hambre aparecen aquí como algo cotidiano, y Akpan nos muestra en particular su efecto en los niños: este es el rasgo más saliente de esta obra, el poner la narración en boca de niños, que son, sin embargo, la esperanza. Su mirada inocente es a veces la causa de que los mayores malos reconsideren su actitud, como es el caso de Fofo Kpee en "Engordar para ir a Gabón". En otras ocasiones, no queda más remedio que la huida, como en "El festín de Navidad" o "La habitación de mis padres", pero es una huida teñida de esperanza. El odio religioso, por su parte, revela su cara más absurda en la persona de Jubril, protagonista de "Coches fúnebres de lujo", hijo de padre musulmán y madre católica o viceversa, no recuerdo, y víctima de ambos grupos. Por cierto, y por fortuna, me consta que en Nigeria hay mejores católicos que los que se describen aquí. Estos niños podrían dar la réplica literaria, en su cara a cara con el horror, al famoso pero flojito Niño con el pijama de rayas.

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