27 diciembre 2011

No he podido concluir


la lectura de Dar clase con la boca cerrada. Y no por su autor, sino por su traductor. Por evidente prurito feminista, al señor le da por emplear indistintamente profesor o profesora para expresar la indiferencia al género: "el profesor hará...", "la profesora evitará..."; función que en castellano, como todo el mundo sabe, cumple sólo el masculino: si dices "la profesora" excluyes a los varones; si dices "el profesor", no excluyes a las mujeres.

Así que lo siento. He de vigilar el estómago y estas cosas le afectan sensiblemente.

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