13 diciembre 2011

El borbón non grato


Alfonso de Borbón-Dampierre fue un hombre infeliz, al menos tal como nos lo pinta José María Zavala en esta semblanza, que no sé hasta qué punto aprovecha la imagen externa del personaje para alimentar esa figura del príncipe triste que tanto gusta a las señoras. Pero lo cierto es que tenía motivos para serlo, formando parte de esa familia que parece extraída de una novela de Faulkner, si prescindimos de la sangre real: tarados, viciosos y enfermos en proporciones varias conforman la dinastía, como se encarga de mostrarnos Zavala no sólo con datos médicos sino a través de los hechos. Faulkner, o Zola: ¡qué novelas habrían hecho con los borbones! Al menos, en don Alfonso parecieron prevalecer los genes de doña Emanuela...

Zavala comienza su libro con la última navidad del duque de Cádiz, hablando ya de su próxima muerte, para pasar acto seguido al accidente que le costó la vida: "la guillotina", como titula dramáticamente. Sabio recurso, y siempre eficaz, este de empezar la biografía por el momento culminante del personaje, que puede ser, como en este caso, su muerte. Por supuesto, Zavala da pábulo a las conjeturas que se han hecho sobre un posible asesinato, aunque parece que a día de hoy contamos con pocos datos en que fundar hipótesis. Lo que me pregunto es quién podría tener interés en quitar de enmedio a este hombre, es decir, quién podría considerarle seriamente un peligro. Resulta patético ver a esta panda de chiflados hablar como si realmente tuvieran opciones de ceñir coronas, francesas o españolas, y pegarse por unos derechos dinásticos que no pasan de ser el juego del tú la llevas. Es en lo que se va el resto del libro. Poca cosa.

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