21 septiembre 2011
Delirante y grotesca
Así fue para don Rafael Sánchez Ferlosio la JMJ. Y es curioso, pero justo el día anterior, terminando de leer Pepa Niebla, de Torcuato Luca de Tena, llegué a la conclusión de que, comparadas con esa novela, cosas como El Jarama no pasan de ser una gilipollez.
No imaginaba que el autor me iba a confirmar tan pronto su sintonía con la obra. Pero es que a esta especie de voltaires comprados en los chinos (le copio la expresión a Jorge Bustos) se les ha subido a la cabeza la glorificación que el sistema ha hecho de los intelectuales. En la juventud, las poses antirreligiosas tienen algo de afirmación rebelde; en la madurez son un modo de justificar las propias debilidades; pero el modo disparatado y brutal en que se producen estos idolillos disimula muy mal su despecho ante una autoridad moral real que los desbanca sin una sola palabra de reproche, sin un gesto de polémica. Se han visto como los poderosos del Magnificat, despedidos en la inopia.
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