10 enero 2011
El Ministerio de la Verdad está tardando en llegar,
aunque la ley de memoria histórica es un paso importante en esa dirección. Bien es cierto que la palabra verdad es muy incorrecta políticamente. Lo que ya tenemos de hecho es Ministerio de la Bondad. Todos amables y educados por decreto. En tiempos más franquistas era una recomendación: "sea amable; no cuesta nada". Ahora lo que puede costar es el no serlo.
La verdad es que empieza a cansar este continuo lavado de conciencia del gobierno socialista. En todo caso, espero que eso de la "igualdad de trato" empiece por aquellos que en Cataluña quieren ser escolarizados en su lengua materna y oficial, o simplemente rotular sus negocios en ella. El totalitarismo tiene caprichos alternativos, ya se ve.
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