A nadie le gusta trabajar en sábado.
Tiene algo de indecente, va contra la naturaleza humana. El sábado es
el día que antecede al domingo y el más idóneo para dar una patada a las
tensiones […] Con un sábado tan
encantador, qué mejor que encender un fuego en la chimenea de tu pisito,
encender un cigarrillo y olvidarse del mundo…
Y así. Lo que no obsta para que las situaciones,
objetivamente, sean tan violentas como las que más en este género. Hay quien
exagera el punto trágico. McBain lo
desdibuja con su narración casi coloquial y sus diálogos chispeantes y resulta
incluso más eficaz.
El título, por su parte, responde a otro de los rasgos de
este autor, y es que los policías no son solo protagonistas por investigar y
resolver el caso, sino por ellos mismos y sus circunstancias, reflejadas, ya
digo, con una retranca tan fina como amable, en las antípodas del héroe de Mankell, por ejemplo, siempre tan
agonías.
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