Sabias palabras de Jean Danielou (Mitos paganos y misterio cristiano):
…la que salva es la
gracia y no la interioridad [digamos la ascesis personal]. Pero esta gracia que salva viene a asumir
los valores que son los del hombre y fructifica tanto más cuanto mejor
religiosamente desarrollado encuentra un terreno. Y esta es la razón por la que
los santos, aquellos a los que nosotros llamamos santos, son precisamente
aquellos en los que la gracia que salva ha fructificado, porque ha encontrado
una riqueza de interioridad muy grande, mientras que, por el contrario, los que
de ninguna manera tienen esta interioridad, la gracia se derrama sobre ellos,
pero de una manera que permanece exterior sin penetrarlos en el interior. Es
decir que tendrán trabajo en el purgatorio. Es necesario que la gracia nos haya
rehecho y vuelto a tomar totalmente. Por eso la oración es como llevarle la
delantera al purgatorio.